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martes, 27 de septiembre de 2011

intención de voto 20N

Rajoy barre a Rubalcaba
Diario Córdoba cuelga el siguiente artículo firmado por José Rico, con la intención voto si las elecciones fueran el próximo domingo, elaborado por GESOP .
Como si fuera una especie de barrera psicológica para disociar el bien del mal, el PSOE y el PP tomarán como referencia las elecciones generales del año 2000 para analizar los resultados que deparen las urnas el próximo 20 de noviembre. Aquellos comicios marcaron un antes y un después: la derecha obtuvo su primera mayoría absoluta de la democracia y la izquierda que tomó el mando de gobierno después de la transición quedaba reducida a su mínima expresión hasta la fecha.
Pues bien, en menos de dos meses, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba pueden hacer olvidar, por razones bien distintas, a José María Aznar y Joaquín Almunia, contendientes en aquellas elecciones. El PP no solo está en condiciones de alcanzar una holgada mayoría absoluta, sino también de batir su propio récord de diputados. Y el PSOE tiene motivos para echarse a temblar porque el batacazo que se le avecina puede dejarle en su peor cota desde 1979.
Según el barómetro preelectoral de España del Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (GESOP) para el Grupo Zeta, Rajoy pulverizaría los 183 escaños logrados por Aznar en el 2000 y hollaría la cima con un resultado de entre 185 y 189 diputados. Con el 46% de los votos (seis puntos más que en el 2008), los populares ganarían una treintena de parlamentarios, ya que hoy disponen de 154. La mayoría absoluta se sitúa en los 176 escaños.

COMO ALMUNIA EN EL 2000 Las cifras de la debacle socialista hablan por sí solas. Rubalcaba se mueve en una horquilla de entre 121 y 125 diputados, lo que significa empeorar o, en el mejor de los casos, igualar el resultado de Almunia en el 2000, que fue de 125 representantes. Más de 12 puntos retrocedería el PSOE respecto a las últimas elecciones generales, del 43,6% al 31,4%.
Los efectos de la crisis económica y la política de recortes del Gobierno ha hundido la intención de voto del partido socialista, cuya distancia respecto del PP es ahora mismo de 15 puntos. Desde que se produjo el vuelco entre las dos fuerzas, en mayo del 2009, los conservadores han ganado casi cuatro puntos, mientras que el PSOE se ha dejado por el camino más de siete.
EL EFECTO DE LA CRISIS Más allá del evidente trasvase de votos, el devenir de la economía y la actuación del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero han permitido al PP blindar su electorado. Nueve de cada 10 españoles que votó a Rajoy en el 2008 confiesa que volverá a hacerlo el 20-N. Por el contrario, Rubalcaba pierde a uno de cada cinco electores que respaldaron a Zapatero hace cuatro años, y más de la mitad pasan a engrosar ahora el saco de sufragios de los populares.
El comportamiento electoral de los españoles apunta a un contexto de extrema bipolaridad entre el apoyo cerrado al PP y el creciente rechazo al PSOE. El 28% de los encuestados está seguro de que votará a Rajoy, a lo que podría sumarse el 18,8% que da como posible esta opción. Pese a que un 35,5% de los consultados descarta respaldar a los conservadores, son más los españoles que hacen cruz y raya a los socialistas: un 39,3% afirma que no votarán a Rubalcaba en ningún caso. Solo un 14,5% de entrevistados para este sondeo da por seguro su apoyo al candidato del partido socialista, aunque otro 22% de los entrevistados permanecen indecisos y no cierra todavía esta puerta.
Las generales pueden confirmar, además, que los socialistas tienen amenazado uno de sus grandes feudos: Andalucía. En esta comunidad ganaría por primera vez en la historia el Partido Popular, sumando esta victoria a los triunfos en sus fortines: Madrid, Comunidad Valenciana, Galicia y las dos Castillas. Los socialistas solo superarían al PP en Cataluña y Euskadi, aunque claudicarían ante CiU y el PNV, respectivamente. Este hundimiento socialista que parece imparable hace crecer las esperanzas a los partidos minoritarios de hacer más hueco en un Congreso de los Diputados tendente a la bipolaridad.
Este trozo del pastel parlamentario es hoy de apenas veintinueve diputados, pero el sondeo preelectoral pronostica que puede haber más de 40 escaños fuera de las zarpas de los dos grandes. La coalición catalana CiU culminaría la marea que inició en las autonómicas y siguió en las municipales y puede conseguir hasta 14 o 15 diputados en la Cámara baja.
Dos fuerzas de implantación estatal se beneficiarían del descalabro socialista y de la indignación social: IU y UPD. El partido de Rosa Díez, cuyos resultados fueron la gran sorpresa del 2008, sería ahora la tercera fuerza más votada y lograría de cuatro a seis escaños. Los rojiverdes de Cayo Lara se quedarían en la misma horquilla, logrando así una importante recuperación electoral.
Menos suerte entre los minoritarios correrán el PNV y ERC. Ambos pueden perder uno o dos de sus diputados actuales en unas elecciones clave. Los nacionalistas vascos deben mantener su músculo frente a Bildu y el PSE de Patxi López, mientras que los independentistas catalanes estrenan candidato y estrategia en Madrid, por lo que su también nuevo presidente se enfrenta a su primera reválida en las urnas.

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